martes, 9 de febrero de 2010
"Mi amiga es anoréxica"
Miriam y yo estamos juntos desde pequeños, estamos en la misma clase, 1º de Bachillerato. Miriam tiene 17 años, y desde pequeña sueña con ser modelo, ya que siempre le ha apasionado la moda y todo lo relacionado con ella, la estética, estar siempre guapa, etc. Ella siempre se ha cuidado mucho, se controla a la hora de comer demasiada grasa, hace bastante ejercicio, etc. Pero a raíz de los 17, y a falta de sólo un año para poder dedicarse a lo que le gusta si tiene suerte, ella se está preparando y está haciendo una serie de pruebas para ver si en las condiciones que se encuentra podría dedicarse a modelar. Pero resulta que un día va a realizarse una prueba para medir su índice de masa corporal, y se encuentra por encima del índice exigido para poder dedicarse a ser modelo que es sobre un IMC de 18; un índice de masa corporal, que aunque es el que exigen para poder ser modelo, es una delgadez extrema, no equilibrada, ni saludable, ni que te proporciona bienestar. La OMS considera que un IMC menor del 18.5, indica bajo peso, y por tanto no es saludable, y en las pasarelas se exige un peso por debajo de lo normal. A raíz de esto, ella empieza a obsesionarse por perder peso, por hacer ejercicio, una preocupación excesiva por las calorías de los alimentos, obsesión por la báscula, por la imagen, etc. Así, ella deja de comer, cada vez pierde más peso, está completamente obsesionada, tiene una enfermedad mental, cada vez que se mira al espejo se ve más gorda, pero ella no ve la realidad, porque en verdad cada vez está más delgada, tiene una delgadez extrema, pero la enfermedad mental que tiene la hace verse cada vez más gorda. Esta enfermedad le está dejando secuelas, cada vez está más irritada, está sumida en una gran depresión, ya que su único objetivo y lo que ella quiere es ser modelo, pero ella cada vez se siente peor con su imagen, ha dejado de comer, tiene vómitos a cada instante, etc. Yo intento ayudarla y hacerle ver la realidad, pero su enfermedad, la tiene ciega y no la deja verla. Su peso y su masa corporal han disminuido mucho en este tiempo, y sus padres, que están muy preocupados, deciden llevarla al médico, el cual les dice que su hija sufre anorexia, y comienza un tratamiento. Pero antes de comenzar el tratamiento, Miriam decide presentarse de nuevo a la prueba para medir su índice de masa corporal, pero ahora resulta que se encuentra en tal estado de delgadez, que ahora su IMC se encuentra aún más por debajo del que exigen para ser modelo, y por tanto tampoco la quieren, y de nuevo ve como su sueño cada vez está más lejos y más difícil de alcanzarlo. A pesar del tratamiento, ella sigue sumida en una gran depresión, aunque sus trastornos alimentarios están mejorando poco a poco, pero ella sigue en un estado anímico muy malo, siente que no puede alcanzar su sueño. Así, es como Miriam con el tiempo se da cuenta que por culpa de su obsesión por ser guapa, conseguir un físico que le permita ser modelo, aunque eso la lleve a un estado de salud no muy sano, y de extrema delgadez, ella pone en riesgo su salud, y su sueño se ve truncado; aunque con esto ella aprende que en la vida la salud es lo más importante y no hay que ponerla en riesgo, y que no hay que obsesionarse con el físico, porque hay que aprender a quererse tal y como uno es, sin obsesionarse, ya que puede producir enfermedades como la anorexia.
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